lunes, 31 de diciembre de 2007

Una institución fundamental para ocho de cada diez españoles

MADRID. Una encuesta solicitada al principio de la legislatura por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales al Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) desvela que la familia es imprescindible para la sociedad española.
Para casi ocho de cada diez ciudadanos, la institución familiar representa «algo muy importante», tanto, que supone la faceta de su vida con la que los españoles se muestran más satisfechos, ya que incluso duplica la sensación de estar «muy satisfecho» respecto a cualquier otra cuestión, como pueden ser el trabajo, el dinero o disfrutar del tiempo libre.
El papel de la familia
¿Qué papel cumple la familia? Esta es una de las cuestiones que requiere el CIS de los ciudadanos, y la respuesta no deja posibilidad a duda alguna: «Criar y educar a los niños/as y proporcionar amor y afecto». Del mismo modo, son generalizadas las quejas respecto a la protección social brindada a las familias numerosas (casi nueve de cada diez) y entre el tipo de educación que se debe dar a los hijos, apartado en el que los encuestados optan por un modelo particular antes que por un modelo de carácter estatal.
Ni siquiera es necesario que el Estado aporte valores necesarios, pues ya casi dos de cada tres padres consideran imprescindible aportar cualidades como «la tolerancia y el respeto hacia los demás».
A partir de estas líneas, comenzamos un análisis del sentido de la familia dentro de la sociedad española a través de las respuestas obtenidas en su día por el Centro de Investigaciones Sociológicas.
La familia es la cuestión más trascendental para los españoles después de la salud, «muy importante» para el 78,5 por ciento de los españoles, por delante de las demás cuestiones que se han abordado en esta encuesta.
A «la salud» responden de forma afirmativa un 84,8 por ciento. Trabajo, amistades, tiempo libre y dinero son las siguientes preferencias para los españoles. De inmediato, se requiere con cuál de los aspectos de su vida personal está más satisfecho. Por supuesto, aparece la familia, ya que se muestran «muy satisfechos» más del doble de los que optan por cualquier otra opción que, de mayor a menor, son las siguientes: salud o forma física, vivienda, trabajo que realiza, forma o estilo de vida, nivel educativo, ingresos del hogar y salario.
Amor y educación
Y ¿cuál es el papel más importante que cumple la familia en nuestra sociedad? Eran evidentes las principales respuestas, tan sencillas como criar y educar a los hijos, dar amor y mantener los valores morales. Así surge tanto al preguntar por el papel teórico más importante de la familia como por la visión personal de cada uno.
En ambos casos, la mayor parte de los encuestados se decantan por «proporcionar amor y afecto» y «criar y educar a los niños», para dejar después la posibilidad de «mantener los valores culturales y morales». En concreto, amor y educación son las opciones escogidas por tres de cada cuatro encuestados.
Más de la mitad de las personas preguntadas no se muestran de acuerdo con la posibilidad de que «cuando una persona no pueda valerse por sí sola» sea preferible recurrir a «ayudas de los servicios sociales antes que a la familia». Sólo un 30 por ciento optan por la primera opción, frente a los que prefieren (54,4 por ciento) la familia antes que el Estado, que en este sentido no sale muy bien parado.
«¿Es mejor que los niños/as vayan a una guardería o los cuide una persona en casa, antes que recurrir a los abuelos u otros familiares?». Cualquiera de los encuestados, si como es lógico se quedan con el principio o prefieren la palabra «mejor» antes que «recurrir a», optarían con claridad por la primera posibilidad. Pero no es tan evidente. Un 48,4 por ciento creen que es preferible la guardería o el cuidado de una persona ajena a la familia, mientras que un 33,9 es contrario a esa posibilidad y un 16,1 por ciento no se pronuncia.
Medidas prioritarias
Llega el momento culminante. Saber qué medidas deberían ser prioritarias para el Gobierno. Nueve posibilidades concretas u otra/s. En total, diez opciones, de las que les ofrecemos las cinco principales escogidas: Ayudas personales a las personas que no pueden valerse por sí mismas (66,8%); flexibilizar la jornada laboral de trabajadores y trabajadoras con cargas familiares (41,1%); facilitar el acceso a mejores viviendas para familias con hijos (37,5%); mejorar las prestaciones familiares de la Seguridad Social por nacimiento de segundo hijo y sucesivos hijos (31,0%); y otorgar asignaciones a las madres y padres que no trabajan porque prefieren cuidar de sus hijos más pequeños (27,6%).
En este sentido aparecen las siguientes preguntas, que debaten sobre la protección social del Estado, e incluso inquieren si las familias numerosas debieran contar con una protección social más beneficiosa, pues por supuesto, de otra forma es complicado de entender, pero un 86,4 por ciento de los encuestados consideran que «las familias numerosas deben contar con una protección social más numerosa».
Y como es lógico, la inmensa mayoría opina que «el Estado debe dar atención preferente a las familias socialmente desfavorecidas», cuestión en la que se muestran muy o bastante de acuerdo un 91,7 por ciento de los preguntados. Realmente, nadie quita la responsabilidad al Estado. No es cuestión de que la Administración abandone sus propias responsabilidades, sino de que cumpla con su obligación.
La familia, antes que el Estado
Sí es preferible recurir a la familia antes que al Estado para procurar el mayor cuidado y afecto al que no es capaz de valerse por sí mismo, pero al tiempo el Estado debería cubrir esas necesidades: atención a las personas mayores a través de sus servicios sociales.
¿Cómo? Muy o bastante de acuerdo se muestran ocho de cada diez ciudadanos (84,3%) en que el Estado debe atender esas necesidades. Mientras, dos de cada diez se muestran «muy de acuerdo» en que sea la familia (hijos, hermanos...) quien deba hacerse cargo de las mismas.
Cualidades que los padres tratan de inculcar a sus hijos es otro apartado en el que no se necesita la presencia del Estado, pues una gran mayoría (casi dos de cada tres) se decantan como principal cualidad que uno debe legar «la tolerancia y el respeto por los demás».
También una mayoría aprecia «el sentido de la responsabilidad» y un 43,6 por ciento considera además que «los buenos modales» suponen una cuestión importante o que, al menos, hay que tener en cuenta.
¿Cómo se debe educar? Pues en el instante actual los gritos, un azote y algún bofetón de vez en cuando no están mal vistos, pese a que desde hace unos días ya es una cuestión ilegal. Sólo un 7,1 por ciento de las personas encuestadas consideran que «muchas veces» es imprescindible gritar a un niño, pero «algunas veces» es válido para un 65,8 por ciento de los españoles.
¿Y pegarle, por ejemplo, un azote? Con esta opción se muestran conformes casi seis de cada diez padres/madres, que opinan que al menos «algunas veces» es factible un azote, e incluso uno de cada cuatro optaría en algunas ocasiones por el bofetón (25,6 por ciento) como medio para «para mantener la disciplina».

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