sábado, 5 de enero de 2008

Urbanismo clausura el Sagrado Corazón

La polémica suscitada a raíz del derrumbe parcial del colegio del Sagrado Corazón, en el distrito de Chamartín, ha comenzado a diluirse. Por un lado, la Gerencia de Urbanismo anunció ayer la clausura del colegio hasta que no se garanticen las totales medidas de seguridad. Además, por parte de los padres corazonistas, responsables del centro, se ha decidido el traslado del grueso de los alumnos (alrededor de un millar) al centro público Miguel Hernández (Latina), rectificando así su negativa al ofrecimiento de la Comunidad. En la reunión con los padres se habló de que se contaría con un segundo centro, también en Aluche, para reubicar a los almunos.

El informe de Urbanismo detalla que se han observado 'pequeñas fisuras (con una inclinación de unos 45 grados) en los laterales de las vigas que, partiendo desde la zona superior, apunta hacia el encuentro de la viga con el soporte y a una distancia de éste aproximadamente la mitad del canto de la viga'. 'Este tipo de fisuras -añade el informe- puede tener importancia'. Estas conclusiones se desprenden de la inspección visual realizada para detectar posibles patologías aparentes. En la investigación realizada también se ha contado con una recopilación de toda la información gráfica para analizar la estructura y con chequeos y salas.

Por ello, para 'garantizar fehacientemente la seguridad para los usuarios del edificio', se decreta la clausura del edificio -tanto de la zona directamente afectada por el derrumbe, en la que ayer continuaba trabajando la piqueta, como del cuerpo levantado en 1959- y realizar 'un estudio y seguimiento exhaustivo de las patologías detectadas'. 'En tanto no se realicen estas operaciones, no se puede considerar que se den las condiciones suficientes de seguridad para autorizar la actividad docente en el edificio'.

Aulas de 45 metros cuadrados

Con las cosas así, a los hermanos corazonistas no les quedó otra que aceptar el ofrecimiento que ya les había hecho la Comunidad de Madrid. Un millar de sus alumnos, los que cursan Primaria, Secundaria y Bachillerato, comenzarán sus clases el día 8, tras las vacaciones de Navidad, en el centro público Miguel Hernández. Se trata de un colegio público situado en la otra punta de la capital, concretamente, en el distrito de Latina. En cambio, las plazas ofertadas para los 252 niños de Infantil en el también público colegio Guatemala, en Fuencarral-El Pardo, no serán ocupadas. Los hermanos del Sagrado Corazón seguirán con su idea de que los niños de Infantil cursen en nueve aulas prefabricadas en el centro privado de las Religiosas del Sagrado Corazón, también en el distrito de Chamartín, aunque, previsiblemente, estas clases arranquen más tarde de lo esperado, entre los días 11 y 14 de enero.

Las aulas prefabricadas, construidas por la empresa Touax, tienen 45 metros cuadrados cada una, además de un comedor de 180 metros que puede ser transformado en sala múltiple. La decisión de trasladar al grueso de los estudiantes al Miguel Hernández, tras en un principio haber rechazado esa propuesta de la Consejería de Educación, se produjo después de que los miembros del equipo directivo del Sagrado Corazón visitaran, junto al director del Área Territorial de Madrid capital, Bonifacio Alcañiz, y algunos padres miembros del Consejo Escolar las dos instalaciones propuestas por el Gobierno regional. Ayer por la tarde, se celebraron tres reuniones entre la dirección del centro y los padres de los alumnos. En ellas hubo algunas intervenciones airadas. Hubo quien se quejó de que, si hasta el momento, no había contratado el servicio de comedor, tendría que hacerlo ahora obligatoriamente debido a la mayor distancia en que se encuentra el Miguel Hernández. Se acordó que ese gasto lo pagara el colegio. Además, habrá dos rutas de autobuses (a las 7.30 y a las 8.30), y también por la tarde, a las 17.

Grupos de personas observaban a pie de calle los trabajos de demolición del colegio. César Serrano, vecino del distrito, recordaba que uno de sus hijos estuvo estudiando en el centro el curso 1979-1980: 'La solución que proponían los hermanos [aulas prefabricadas para los alumnos de Infantil y reubicar al resto en el otro edificio sin demoler] me parecía magnífica. Con esto limpio de escombros no habría problema'. De diferente opinión era Carlos, de 18 años y alumno de primer curso de Arquitectura, que había llegado desde Moratalaz para asistir al derrumbe, que grababa con su cámara de vídeo: 'Por las condiciones que está es correcto que lo tiren'.

'Me da mucha pena'

Beatriz cursa segundo de Bachillerato en el Sagrado Corazón: 'Me da mucha pena todo esto, porque llevo aquí desde los tres años. Si está mal, porque no se garantiza la seguridad, me parece bien el traslado de los alumnos. Aunque no me importaría seguir aquí'.

No hay comentarios: